El tapete,

Es mi espacio sagrado individual, un rectángulo sólo para mi, donde juego a observar, a sentir, a dejarme ser, a hacer… a no hacer. Conmigo misma. Con este ser que soy, que vive en este cuerpecito y que siente cosas, y se deja llevar por fuerzas, y llora, y ríe y vive la vida. En el tapete me conozco, en el tapete avanzo, cosecho el silencio, me expando y simplemente soy.

El tapete es el espacio en el que sucede la práctica, así como en El Espacio sucede el Universo. Es un espacio que cada célula del practicante reconoce familiar. Un espacio donde se puede soltar, fortalecer, liberar, escuchar, conectar… Es un espacio feliz donde podemos vivir unos minutos del día, ojalá más que menos, ¡qué delicia!

El tapete está cargado con la experiencia de mi práctica. Con todo lo que he aprendido en él. En el tapete se van acumulando las hendiduras, las huellas del aprender a moverse y como una biblioteca somática me lo recuerda todo.

La práctica que sucede en el tapete es la práctica para vivir cada vez mejor la vida. Para sanar y fortalecer el cuerpo de forma integral, para hacer de mi mente mi mejor herramienta y aliada, para recargarme de la energía de la vida y para amplificar la conexión. Todo esto simplemente me actualiza a mi mejor versión cada día.

Es una práctica siempre positiva porque está construida sobre el auto cuidado, la relajación, la sinceridad y la aspiración. Es decir que uno se cuida, que me acepto y dejo ser como soy, sosteniendo una aspiración viva de avanzar con disfrute y bienestar.

Te invito a hacer de tu tapete de práctica tu alfombra mágica para recorrer el camino que lleva a descubrir el potencial divino que reside en cada uno de nosotros.

Me siento feliz y agradecida por compartir esta práctica contigo y te quiero dar la bienvenida a este parche de Hay Yoga con Ana!